martes, 25 de febrero de 2014

BNK Petroleum: Las banderas rojas del fracking



Fuente: The Money Glory


“Cash, No Debt” es la característica significativa del negocio actual de BNK Petroleum, según la presentación de resultados del octubre de 2013. La compañía, que forma parte del proyecto Shale Gas España y propone la expansión de la fractura hidráulica en la península, arrastra años de pérdidas, actividades de perforación entre Estados Unidos y Europa sin rendimientos, y solo la venta de sus activos sirven para mantenerla en el sector. Frente este desastre, la pregunta que se deben hacer los inversores es: ¿Que probabilidades de éxito tienen los “unconventional players” del sector energético?

El Shale Gas está de moda. Las expectativas positivas respecto a las nuevas tecnologías de extracción han permitido a BNK Petroleum seguir sus actividades sin la presión de los inversores. A través de la ejecución de operaciones extraordinarias y unas prácticas contables agresivas, en comparación con otros participantes de la industria energética, la firma ha incrementado falsamente las perspectivas de futuro de su negocio.

La venta de las licencias en los campos de Tishomingo fue LA OPERACIÓN del año 2013. La transacción representó un ingreso de 146 millones de dólares a las arcas del grupo y sirvieron para reducir la deuda de la compañía a 100.000 dólares e incrementar el efectivo de caja. Además, BNK sumó 9,16 millones de beneficios en ingresos operativos.

Hay analistas, inversores y aficionados, como un servidor, que se alarman cuando los ingresos de la actividad diaria, en los estados contables, se le suman importes que no tocan. ¿Comprar o vender licencias forma parte de la actividad fundamental de la multinacional? Los ingresos deben proceder de la extracción de petróleo y de gas. Si esto no es así, algo falla.

Desgraciadamente, no es la primera empresa, ni la última, en inflar resultados y maquillar los ingresos brutos por acción a través de esta vía. Es el tipo de mala praxis contable que alimenta de razones a los críticos del fracking. Las plataformas en contra de la fractura hidráulica indican que los rendimientos son negativos – los costes de perforar son superiores a los ingresos -, la especulación inmobiliaria es una de las vías de supervivencia y sirve a sus participantes para ocultar pérdidas.

Por este motivo, en la presentación del mes de octubre de BNK Petroleum los directivos se felicitaban por el éxito de la última operación de venta. La recepción de dinero fresco permitirá explorar territorios en Alemania, Polonia o España. A través de 22 páginas de promoción, la compañía considera que los recursos obtenidos por la desinversión de las tierras de Tishomingo, las que generaban más ingresos, impulsará la expansión de las perforaciones hasta ahora paralizadas. En una partida de ajedrez estaríamos hablando del cambio de una dama por un caballo.

Northern Oil and Gas es una empresa de los Estados Unidos con una capitalización en bolsa de 1.000 millones de dólares. Es uno de los participantes con éxito del sector energético y clasificado en el número 69 de las mejores small-caps estadounidenses, según la revista Forbes. Es un negocio digno de admirar, como ejemplo a seguir: en sus cuentas de resultados el fracking es parte suplementaria del negocio; lo denominan “unconventional play”. Las operaciones extraordinarias se excluyen del margen operativo y todos los valores de los registros del balance están bien especificados.

Un ejemplo concreto es el apartado de “Propiedades”. Northern Oil and Gas distingue entre reservas probadas y no probadas. Además, facilita un anexo con la explicación de los futuros beneficios que generarán estos recursos. Al contrario de estos procedimientos, BNK Petroleum es más austero. Ha disminuido los detalles de los componentes que constituyen las partidas de esta naturaleza – “Activos de Exploración”, “Propiedades” -, hasta limitarse a distinguir entre equipos propios y licencias de perforación, que suman un total de 61 millones, según los estados del tercer trimestre de 2013.

La curiosidad por conocer el precio de las propiedades no es en vano. A la práctica, lo que hay bajo tierra es el capital que proveerá de beneficios a la empresa energética en los próximos años. Es imprescindible para saber si es una buena inversión y si la cotización en bolsa es coherente con sus perspectivas. Para calcular el precio de sus reservas BNK utiliza un valor razonable que clasifica como “Nivel 3″. Según sus especificaciones, los cálculos de lo que hay bajo tierra se basa en información que no se puede observar (“Level 3 fair value measurements are based on unobservable information”).

Es cierto que los datos de esta partida son complicadas de identificar. Incluso dentro de los estados contables. Con el paso de los años los financieros de la empresa canadiense se han ocupado de borrar los errores acumulados del pasado. Desde 2008 hasta el año 2010 la empresa era más detallista y contaba al lector como un equipo consultor externo calculaba las reservas de gas y petróleo de BNK. El valor de las licencias era la suma de flujos futuros de producción actualizados, y calculados a partir de la siguiente perspectiva de precios:



10Q – BNK Petroleum 2008

 
Los expertos acertaron, más o menos, la valoración del petróleo. Pero el precio del gas, el recurso predominante en las reservas de BNK, ha bajado estrepitosamente. El Henry Hub cuesta menos de 4 dólares, actualmente. Este declive en 2009 ya era patente y los expertos redujeron las expectativas en los siguientes informes, pero la multinacional no registró las pérdidas en su patrimonio derivadas de esta bajada del mercado. El siguiente año tampoco se retractó. No fue hasta el año 2011, aprovechando el cambio de normativa contable, cuando la multinacional consideró oportuno modificar el valor de las reservas. Imputó un “impairment” de 4 millones en la partida de “Activos de exploración y evaluación” para el año 2010, así la modificación pasó desapercibida en el parquet.

Actualmente es un misterio el valor de las reservas de BNK Petroleum y cuáles son sus perspectivas de futuro, en términos monetarios. También es extraño la falta de revisiones del valor de estas licencias, así como el peso de los costes de administración en el total de las cuentas de resultados, que alcanza un 50% de los gastos totales. En Northern Oil representan sólo un 15%. Tampoco sabemos cuánto tiempo puede llegar a aguantar el capital que sostiene las pérdidas de la compañía: más de 191 millones de recursos propios por 103 millones de pérdidas acumuladas.

Lejos de pronosticar cuál es el futuro del grupo, esta revisión sirve para explicar los peligros de los sectores emergentes, de los cuales su viabilidad cada vez es más dudosa. Mientras que la cúpula de BNK Petroleum se congratulan de la evolución de las acciones en la bolsa – es el tercer tema principal de la presentación de octubre -, su actividad fundamental cae. No es cuestión de criminalizar, pero como inversores si que hay que pasar de puntillas ante algún tipo de inventos que no acaban de funcionar, aunque nos quieran hacer creer todo lo contrario.


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