lunes, 26 de mayo de 2014

Bill de Blasio, Peña Nieto y el maldito fracking




Por Héctor Palacio


SDP Noticias (México)



“No veo lugar para el fracking en Nueva York”, declaró Bill de Blasio a los reporteros después de su discurso ante la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos en Washington, D.C. en enero pasado: “Simplemente, la ciencia no es lo suficientemente segura. La tecnología no es suficientemente segura. Y hay demasiado peligro para nuestros suministros de agua, para nuestro medio ambiente en general” (Huffintongpost.com, 01-24-14).

Su firme oposición a la fracturación hidráulica lo coloca contra Michael Bloomberg, su predecesor, quien ha apoyado con fuerte los métodos del fracking (irónicamente, el multibillonario está ahora empeñado en una campaña para promover la revisión de armas para impedir que criminales y personas con “enfermedades mentales” las obtengan, pero apoya una industria que ha mostrado su daño potencial; claro).

Y, particularmente, De Blasio se opone al gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien ha postergado el pronunciamiento para finalizar las nuevas regulaciones del fracking para el estado. De Blasio lo ha alentado a sostener la prohibición del fracking hasta que “podamos en realidad probar que es seguro y no creo que ese día llegue pronto”.

Cuando William de Blasio era todavía un potencial candidato a alcalde, se unió a la oposición al fracking apoyando abiertamente a la Organización de Neoyorquinos Contra el Fracking y demandó una moratoria  de dos años para ampliar los estudios en práctica tan controvertida (TheEpochTimes.com, 04-11-13). El alto riesgo y el peligro de esta tecnología moderna es la principal preocupación de la organización, pues la fracturación implica la extracción de “gas natural del subsuelo por medio del bombeo de agua, arena y químicos una milla o más por debajo de la superficie de la tierra”.

En la protesta de abril de 2013 de la NYAFO (“Gobernador Cuomo, si no puede proteger el agua de Nueva York, no puede llegar a presidente”, estableció irónicamente  la organización), De Blasio dijo que no sabía mucho acerca del fracking cuando éste devino en 2008 un asunto importante, pero su hija (una hija muy consciente), le urgió a ver Gasland, un documental de Josh Fox que muestra algunos de los principales problemas del método. 

“No puedes ver Gasland sin quedar profundamente afectado… Un falso movimiento en el fracking, un paso demasiado lejos y habrás perdido demasiado. Envenenas la tierra de tal manera en que podríamos estar impedidos de recuperarla”.

Recientemente, hemos visto el daño ocasionado por el fracking a una familia de Texas que, en el primer caso de su tipo, ha sido recompensada por un jurado de Dallas que obligó a Aruba Petroleum Co. a pagarle tres millones de dólares (Russia Today, 04-23-14; la misma familia perdió contra de Halliburton Co., por cierto, una compañía bien-o-mal establecida en México, y la prensa mexicana no habló mucho del asunto). La familia obtuvo el dinero, pero los daños pudieran ser irreversibles.

Mientras tanto, en México, Peña Nieto, con su “reforma energética” impuesta-por-los-diputados-y-senadores, ha aprobado que a las compañías internacionales les sea permitido extraer “gas natural” (gas de esquisto), usando “tecnologías modernas”, que necesariamente significa el peligroso método del fracking. Como podemos leer en la respuesta a una de las diez preguntas del ganador del premio Oscar, Alfonso Cuarón, que muestra su preocupación acerca del futuro de la “reforma” y sus efectos entre la población mexicana, “las empresas privadas podrán producir gas natural en México, por sí solas o asociadas con Pemex… existirán múltiples productores de gas natural en México, compitiendo entre sí…”

En otras palabras, sin una auténtica preocupación acerca del futuro posible daño a la población, la naturaleza, los animales y las aguas, el uso del método del fracking podría ser aplicado en México por compañías firmemente rechazadas o que no han sido aprobadas en Nueva York o que han sido castigadas en Texas debido a los peligrosos daños al usar esta técnica (rumores dicen que Halliburton está usando ya el fracking en México; la explosión en Tabasco el pasado noviembre pudiera ser una consecuencia, al menos es su responsabilidad).

Es claro que la sociedad debiera apoyar a políticos como el actual alcalde de Nueva York, que se preocupan por el bienestar de la humanidad y la naturaleza. La ambición y la falta de escrúpulos de quienes no les importa nada sino ellos mismos y sus altos intereses políticos y económicos, es la ruta al maldito fracking. #PobreMexico




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