miércoles, 13 de agosto de 2014

¿Fracking en España? Las recomendaciones de los geólogos para el gobierno español







Publicado en La Gran Epoca (versión en español de The Epoch Times)


Por Manuela Arte


4 agosto de 2014


El Gobierno de Mariano Rajoy impulsa la economía española incluso con la posibilidad de aplicar prácticas de fracking - fractura hidráulica- para la obtención de petróleo y gas esquisto (shale gas), en el territorio, como una alternativa para disminuir el costo energético.
De acuerdo con un estudio divulgado hace unos días por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) -entidad perteneciente al Ministerio de Economía-, “Europa no tiene experiencia en el fracking”, y enumera algunos riesgos que el gobierno español debería evaluar antes de implementar el método, a la vez que menciona aplicaciones menos agresivas para el ambiente. 
Por parte del gobierno, en cambio, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, reconoció el 28 de julio pasado la existencia de este documento emitido en enero, y aseguró que lo está estudiando el Ministerio, informó la agencia Efe Verde. A su vez la respuesta de la empresa pública SHESA (Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi S.A.), podría concentrase en la descrita en el informe publicado por la Web del Parlamento Vasco, en que descalifica a las valoraciones académicas argumentando que “adolecen de un enfoque real y actual de la fracturación hidráulica”.
Esta técnica comenzó a usarse en Texas en 1950, y a aplicarse en 1986 en el yacimiento de Barnett Shale. Gracias a la extracción de gas, EE.UU. bajó la importación de este producto con la idea de llegar a futuro ser auto suficiente, señala el informe. Algo que puede ser atractivo para el Gobierno de Rajoy.
Los geólogos del IGME destacan que "existe numerosa bibliografía que respalda la contaminación de acuíferos, contaminación atmosférica", y la inducción de "microsismos", por estos métodos, los mismos que originaron moratorias en EE.UU. en los estados de Pensilvania y Nueva York, y en Canadá en Quebec o incluso en Sudáfrica. Además nombró las prohibiciones que “podrían ser o no definitivas, de acuerdo con el estado de conocimiento del momento en Francia y Bulgaria".
Según el IGME, las principales preocupaciones en relación con el medio ambiente respecto a la técnica de la fracturación hidráulica son: 


    • Contaminación de los acuíferos (bien sea por el fluido de fracturación empleado o por el metano) 
    •  El consumo de agua necesaria utilizada durante la fracturación hidráulica, el tratamiento, y control 
    • Posible radiactividad de las aguas de retorno 
    • Problemas de sismicidad inducida por la fracturación hidráulica
    • Contaminación atmosférica por emisiones incontroladas (incluso bacterias tóxicas), especialmente metano


    Respecto a la gran cantidad de agua utilizada, el informe de la organización CERES, del 15 de febrero pasado, indicó que un solo pozo requiere entre 2 y 10 millones de galones de agua. Además esta agua es mezclada con arena y productos químicos. El proceso de fracturación rompe las rocas bajo tierra y de esa manera libera el petróleo o gas natural.
    Mientras EE.UU. extrae solo 'gas shale' (o gas de pizarras, entre rocas, absorbido en la materia orgánica), destaca que Europa extrae 'tighy gas' (o de arenas de baja permeabilidad); y ambos usan el fracking.

    Ahorro de divisas
    Pese a los riesgos, según el IGME, estos métodos “abren, por tanto, grandes posibilidades en diversos países de la Unión Europea de disminuir la importación de este combustible, con el consiguiente ahorro en divisas”.
    “No obstante”- agrega-” la oposición social a la explotación de este tipo de yacimientos en algunos países de Europa y de Norte América, o en España, donde no se ha pasado del estado de investigación y exploración, no se puede considerar despreciable”, dice IGME.

    Técnicas menos agresivas para evitar el agua y aditivos
    Los geólogos españoles describen que se están analizando técnicas menos agresivas con el ambiente para la extracción y así evitar el uso de agua y aditivos contaminantes en la fracturación. Una de las opciones usadas es la de propano en forma líquida o gel, y el cual puede ser enteramente reciclado y reutilizado.
    Para el IGME las técnicas menos agresivas son:
    • La electrofisuración o fisuración de la roca mediante corrientes eléctricas 
    • La fracturación térmica 
    • La utilización de otra sustancia que no sea el agua, como podría ser CO2 supercrítico, helio o nitrógeno, etc. Todas ellas suplirían la utilización de agua y aditivos, pero quedarían los otros factores de riesgo

    Se destacó en el mismo la opción con helio - gas inerte- que al usarse, debido al aumento de su gradiente geotérmico pasaría de forma natural de líquido, a gas, aumentando su volumen unas 700 veces a la vez que iría fracturando la roca, sin necesidad de aditivos y agua.

    Europa sin experiencia
    “Es necesario recalcar que la experiencia fuera de los Estados Unidos es prácticamente nula, por lo que la mayor parte de fuentes de información tratadas proceden de Norteamérica, por lo que" -destacó el IGME-  no son necesariamente trasladables, para bien o para mal, al caso español o europeo, debido a circunstancias legales, geológicas, demográficas, económicas o culturales”. destacó el IGME.

    Otras advertencias
    El estudio recomienda que “resulta absolutamente imprescindible contar con un detallado estudio hidrogeológico previo que debe indicar la vulnerabilidad de los diferentes acuíferos y el estado de las diversas fuentes de suministro de agua potable y no potable de la zona a explota”.
    Ademas advierte que el fracking puede estimular fracturas más allá de los límites, con más de 300 metros de altura, las cuales son capaces de interceptar fallas geológicas.”Existen fallas con una longitud de más de 1.000 metros, que pueden dar lugar a una rápida migración del fluido”, explica..
    Por el riesgo de inducción sísmica y contaminación de acuíferos, de acuerdo, con el Panel de Expertos en Hydrofracking Risk Assessment (Ewen et al., 2012) - citado en el documento-, la técnica de fracturación hidráulica debería ser prohibida en las siguientes tipos de zonas:
    • Áreas afectadas por una intensa tectónica.
    •  Áreas protegidas (con perímetros de protección) de aguas de boca y fuentes termales.
    • Áreas de acuíferos artesianos o acuíferos profundos con vías preferenciales de flujos de agua.

    A causa de los sismos inducidos por el método fracking, los investigadores expresan que “como sucede en el caso de la fracturación hidráulica, puede ser necesario reducir las tasas de inyección o incluso abandonar los pozos, si la sismicidad inducida es demasiado grande”.
    En este aspecto, geólogos del equipo del Servicio de Geofísica de Estado Unidos (USGS) explicaron en su informe del 23 de enero, que las prácticas de fracking pueden causar terremotos incluso en donde las fallas tectónicas no se han movido en millones de años, “si las condiciones son apropiadas”.
    Dando un ejemplo, explicó que en el caso del terremoto de Oklahoma de magnitud 5.6 grados en la escala de Richter, el 6 de noviembre de 2011, las investigaciones realizadas por Cochran y sus colegas universitarios sugirieron que este sismo fue inducido por la inyección en pozos profundos de eliminación en el campo Wilzetta Norte.
    Otro factor de riesgo mencionado es que la extracción de gas puede hacer ascender en el agua de retorno y aire, a ciertas bacterias anaeróbicas reductoras del sulfato, que son tóxicas. Por lo tanto mencionan la necesidad de inyecciones de biocidas que las reduzcan. Otro componente para agregar al medio ambiente, que no se detalla. 
    Respecto a la radiación el IGME reveló que en al menos 12 de un total de 22 sondeos revelados en el yacimiento de Marcellus Shale, en el agua de retorno, las concentraciones de radio (226Ra y 228Ra) registraron entre 74 a 6540 picoCuries/L (pCi/L) (Haluszcak et al., 2013), siendo el nivel umbral de radiación del Radio en el agua potable de 5 pCi/L en EEUU.
    “Como ya se ha comentado, el Radio es el precursor del radón en la serie de trasmutación del uranio y torio. Esta medida de la radiactividad, es la radiactividad natural de las pizarras del yacimiento de Marcellus Shale, radiactividad que sale a superficie en el agua de retorno.

    Recolección de firmas para detener el fracking
    El País Vasco se volcó en una recolección de 30.000 firmas para ser presentadas en el Parlamento Vasco, con el objeto de detener la exploración y explotación de hidrocarburos no convencional, y la extracción de gas utilizando el método de fracking, informó Greenpeace el 1 de agosto.
    Desde marzo distintos colectivos vascas realizaron actividades de concienciación a la población sobre los riesgo que la práctica significa, marchas en bici, excursiones de montaña, etc. “El 31 de julio, se celebró la tercera subida al monte Gorbeia y la primera al Urbia en contra del fracking”, escribió la ONG.
    Greenpeace mencionó que el Pais Vasco planea el proyecto Gran Enara con cinco concesiones para explotación en zonas de Alava, Vizcaya, Gipuzkoa, Cantabria, Burgos y Navarra/Nafarroa.
    “El verano pasado se hicieron las pruebas sísmicas en la concesión de Saia que ocupa parte de Vizcaya y Alava y el Parque Natural de Gorbeia. “También se espera que pronto se hagan las pruebas sísmicas en la concesión de Géminis que ocupa la costa de Vizcaya y la Reserva de la Biosfera de Urdaibai”, agregó la ONG.
    “La mayoría de los permisos que cubren Euskadi - País Vasco- están solicitados por la empresa pública SHESA (Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi S.A.), por lo tanto el Gobierno Vasco podría cancelar los proyectos si así lo quisiera.

    Demandas legales contra el fracking
    El texano Robert Parr  en junio subió al estrado en EE.UU., en un juicio contra Aruba Petroleum Inc y contó los daños sufridos por los más de 50 pozos de gas natural que aparecieron cerca de su propiedad operando en base al método de fracking o fracturación hidráulica; el 23 de abril el jurado dio un veredicto que obligará a la empresa a un pago de cerca tres millones de dólares de compensación.


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