jueves, 31 de marzo de 2016

Del Fracking y otros demonios


Silvia Guadalupe Garza Galván es senadora de la república de México por el PAN y Presidenta de la Comisión Especial de Cambio Climático, además de participar en otras comisiones ambientales y climáticas. Perfil






Publicado en Zócalo
Por Silvia Guadalupe Garza
27 de marzo de 2016



Hace aproximadamente 15 años, la idea del fracking o fracturación hidráulica, se promocionó en México y en el mundo como una fórmula mágica para disminuir las emisiones de dióxido de carbono, ya que el gas natural es el hidrocarburo que emite menos emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.
Por otro lado, también se promocionaba la idea de que era más barato que hacer excavaciones profundas en el mar. De esta manera, a nivel mundial parecía ser una opción idónea para reducir emisiones y alternar los suministros de energía sin tener que cambiar el sistema energético a nivel mundial.
Parecía que el mundo podría evitar el cambio climático y solucionar la escasez de yacimientos de petróleo sin el menor esfuerzo. Así, la visión del fracking como la panacea del cambio sin esfuerzo así fue adoptada por numerosos países en el mundo, incluyendo a México. ¿Cuál es el problema de utilizar esta técnica de extracción de gas shale?
La realidad rápidamente demostró que la técnica del fracking viene acompañada de un precio muy alto. El fracking requiere de la inyección de químicos y de cantidades exorbitantes de agua en el subsuelo, lo que lleva a la contaminación de mantos freáticos y del subsuelo e incluso se ha comprobado que dicha técnica puede provocar sismos. Por el otro lado, la gran promesa de emplear fuentes que emiten menos gases de efecto invernadero se ve socavada por el grave hecho que inevitablemente los pozos tienen fugas de gas, particularmente del gas metano. Dicho gas es 21 veces más potente que el dióxido de carbono, lo que significa un peligro aún más grave para enfrentar el cambio climático.
Mucho tiempo se le restó importancia a las fugas de metano en los pozos que utilizan la técnica del fracking. Sin embargo, recientemente científicos de Harvard publicaron un estudio en la revista científica Geophysical Research Letters en el que demuestran que Estados Unidos tiene un problema serio de fuga de metano que no había sido calculado hasta este estudio. Los resultados son alarmantes.
Los investigadores demuestran que hubo un aumento de emisiones de metano entre 2002 y 2014 de 30%, que coincide exactamente con el periodo donde el fracking tuvo mayor auge en el país. Sumado, da un total de un aumento de emisiones de metano del 60% a nivel mundial En pocas palabras, resultó que la alternativa mágica al carbón no resultó tan mágica y las emisiones de metano ahora van en un serio aumento a nivel mundial. El tratado internacional firmado en París a final del año pasado está centrado en la reducción de dióxido de carbono, desestimando el poder y el aumento de emisiones del metano. Ahora el mundo deberá poner más atención a este otro gas que calienta la Tierra de forma mucho más eficiente.
Debido a las serias consecuencias ambientales que tiene la técnica del fracking, hay países que prohíben el uso de la técnica en su totalidad, como Francia y Bulgaria. También se ha regulado o prohibido a nivel estatal o local. Sin embargo, no sólo es cuestión de prohibir la técnica y punto. Ahora las empresas de extracción han adquirido gran poder con el que se pueden defender de la prohibición, como en el caso de la provincia de Quebec, en Canadá. Quebec consideró que la técnica era un peligro ambiental para sus ciudadanos y prohibió su uso. La industria del fracking contraatacó invocando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, argumentando específicamente que se trataba de un caso de competencia desleal. Las cortes favorecieron a la industria y el Gobierno de la provincia tuvo que pagar millones de dólares en compensación por pérdidas económicas. Eso es sólo una pequeña probada de un problema que puede ser mucho mayor, cuando entre en vigor el Acuerdo de Asociación Transpacífico, TPP.
Recientemente se dio a conocer el texto del TPP, y lo que contiene ha generado un gran revuelo entre grupos de conservación y protección del medio ambiente. Dicho acuerdo está dirigido a promover el crecimiento económico entre los países miembros; sin embargo, el TPP también tiene implicaciones ambientales significativas. Entre ellos se encuentran disposiciones que acelerar el ritmo de la exploración de gas natural, la extracción y el consumo”, alentando una mayor extracción de combustibles fósiles a través del fracking. Dicha disposición contrapone lo pactado durante la COP21 en París que busca mitigar el cambio climático e impulsar el uso de energías renovables. Parte de la controversia que rodea el Capítulo Ambiental del TPP es el ISDS (Solución de Controversias Inversionista-Estado). Esta disposición es muy controvertida, ya que ofrece a los inversionistas y las empresas el poder para demandar a los gobiernos si alguno de sus leyes o reglamentos dirigidos a la mitigación del cambio climático podría perjudicar sus inversiones corporativas. Con esta disposición, algunos países podrían incluso reconsiderar pasar leyes de protecciones ambiental, otros ecosistemas perjudiciales y la vida silvestre.
En este punto es donde se muestra uno de los grandes peligros que esconde el TPP, recién firmado por el presidente Peña Nieto. El caso del Gobierno de la provincia de Quebec es ilustrativo del peligroso poder que se les otorga a las empresas de extracción que ahora contarán con una gran protección de los tratados internacionales para continuar su actividad. Esto es un grave problema que debemos considerar ya que puede llegar un punto donde sea imposible frenar su actividad.
En fechas recientes la Alianza Mexicana contra el Fracking realizó una solicitud de información a Pemex para que proporcionara la información sobre el número de pozos que existen en la actualidad en México que utilizan la técnica del fracking. La respuesta de Pemex fue que actualmente existen 934 pozos que utilizan esta técnica en todo el territorio nacional. Más de 500 de estos pozos se encuentran en Veracruz, seguido por Puebla, Tamaulipas, Nuevo León y también Coahuila. De acuerdo con información oficial hasta la mitad de 2015, hay 47 pozos que utilizan la técnica de extracción de fracking en Coahuila, 1 en Piedras negras, 30 del campo Habano, 17 del campo Gamma, y otros 9 campos más con al menos un pozo cada uno, dando un total de al menos 57 pozos con fracking en Coahuila.
México, con su reforma energética, compró la misma idea que el resto del mundo, considerando que recurrir a la extracción del gas natural era disminuir las emisiones de dióxido de carbono. Como se mencionó anteriormente, ahora se cuentan con casi mil pozos de extracción. El mundo comienza a despertar para prohibir esta práctica. La ciencia ha demostrado las terribles consecuencias al entorno y para el cambio climático. ¿Cuándo frenaremos esta terrible práctica? Afortunadamente, el PAN comenzó una iniciativa para prohibir el uso del fracking en nuestro país. Es una empresa loable a la que debemos sumar esfuerzos para hacerla una realidad, puesto que detrás de la industria se esconden poderosos empresarios dispuestos a devastar ecológicamente todo el país con tal de obtener jugosos ingresos. El futuro del mundo, y en consecuencia, de México depende de frenar esta contaminante actividad lo antes posible. No fue la panacea que se esperaba; su terrible realidad es más cercana a una pesadilla, recuerden cuidar nuestro entorno, pues sólo tenemos un planeta.



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